URBACT: Ciudades europeas al frente de la transición energética local

Cinco ciudades europeas están demostrando que la transición energética justa y sostenible puede y debe empezar a nivel local. Desde la eficiencia energética en edificios públicos hasta comunidades de energía ciudadana y sistemas inteligentes para detectar pobreza energética, estas iniciativas seleccionadas por URBACT ofrecen soluciones concretas, replicables y centradas en las personas.
  • En Bucarest (Rumanía), la rehabilitación integral de una escuela del Distrito 6 ha dado lugar a un edificio de consumo casi nulo (NZEB).

Cinco ciudades europeas están demostrando que la transición energética justa y sostenible puede y debe empezar a nivel local. Desde la eficiencia energética en edificios públicos hasta comunidades de energía ciudadana y sistemas inteligentes para detectar pobreza energética, estas iniciativas seleccionadas por URBACT ofrecen soluciones concretas, replicables y centradas en las personas.
  • En Bucarest (Rumanía), la rehabilitación integral de una escuela del Distrito 6 ha dado lugar a un edificio de consumo casi nulo (NZEB). Esta transformación va más allá de la eficiencia energética: integra paneles solares, aislamiento avanzado, equipamiento digital y un programa educativo para el alumnado sobre sostenibilidad y uso eficiente de recursos. La escuela también se conecta con comunidades energéticas locales, convirtiéndose en un referente de barrio bajo en carbono. 

  • Por su parte, Karlovac (Croacia) ha desarrollado la iniciativa SolariKA, que ha dotado de energía solar a 14 centros educativos. Con una capacidad total de 0,45 MW, las escuelas no solo reducen su consumo y emisiones, sino que se convierten en espacios ejemplares de autosuficiencia energética. La ciudad ha alineado esta acción con su Plan de Acción por la Energía Sostenible y el Clima estableciendo una estrategia ambiciosa para alcanzar una reducción superior al 40% de emisiones para 2030.

  • El modelo cooperativo también está ganando tracción. Hrastnik, en Eslovenia, ha creado la primera comunidad energética escolar del país. Mediante una planta solar de 300 kW instalada en una escuela, el proyecto abastece a 16 hogares, tres edificios públicos y dos negocios locales. Además de reducir emisiones y dependencia de combustibles fósiles, el proyecto fortalece la cohesión social, democratiza el acceso a la energía y establece un nuevo modelo de asociación público-comunitaria con visión de futuro.

  • En Caldes de Montbui (España), la comunidad energética local "la CEL de Caldes" es ya un caso de éxito. Con 18 instalaciones solares que abastecen a 300 familias (el 5% de la población), el municipio ha alcanzado un 12% de cobertura eléctrica con energía renovable y de proximidad. El proyecto incluye apoyo público, monitorización del consumo y modalidades específicas para personas con bajos ingresos. 

  • Finalmente, Getafe (España) ha desarrollado una de las experiencias más innovadoras de Europa en el ámbito de la pobreza energética. La Unidad de Inteligencia contra la Pobreza Energética (EPIU) combina inteligencia artificial, datos sociales, trabajo de campo y atención personalizada para identificar hogares vulnerables y ofrecerles soluciones a medida. El enfoque integrado del proyecto –con participación de entidades públicas, ONGs, sector financiero y ciudadanía– permite actuar de forma eficaz, eficiente y justa en los barrios más necesitados.

Estas cinco buenas prácticas demuestran que las ciudades no solo pueden sino que deben liderar la transición energética, adaptando soluciones tecnológicas a contextos sociales diversos. Todas estas iniciativas han sido presentadas en el marco del URBACT City Festival 2025 en Wrocław y forman parte del catálogo oficial de Buenas Prácticas de URBACT.