El principio 3+30+300: una visión para ciudades más verdes, sanas e inclusivas
ONU-Hábitat, destaca un enfoque innovador para construir ciudades más saludables y resilientes: el principio 3+30+300. Esta fórmula, concebida por el experto en silvicultura urbana Cecil Konijnendijk, propone tres indicadores sencillos pero poderosos: que cada persona vea al menos tres árboles desde su casa, que al menos el 30% de su barrio esté cubierto por copas arbóreas, y que haya un espacio verde de calidad a no más de 300 metros de distancia.
Este enfoque, respaldado por investigaciones científicas, ya está influyendo en políticas urbanas en todo el mundo gracias a su impacto demostrado en el bienestar humano, la equidad social y la resiliencia climática.
ONU-Hábitat, destaca un enfoque innovador para construir ciudades más saludables y resilientes: el principio 3+30+300. Esta fórmula, concebida por el experto en silvicultura urbana Cecil Konijnendijk, propone tres indicadores sencillos pero poderosos: que cada persona vea al menos tres árboles desde su casa, que al menos el 30% de su barrio esté cubierto por copas arbóreas, y que haya un espacio verde de calidad a no más de 300 metros de distancia.
Este enfoque, respaldado por investigaciones científicas, ya está influyendo en políticas urbanas en todo el mundo gracias a su impacto demostrado en el bienestar humano, la equidad social y la resiliencia climática.
En el ingforme "2024 World Cities Report" ONU-Hábitat presenta estrategias apra construir naturaleza y resiliencia en nuestras ciudades.
¿Por qué importa el 3+30+300?
El informe subraya cómo los espacios verdes urbanos —incluidos parques, jardines, techos verdes, árboles urbanos, y zonas de amortiguamiento naturales como manglares— ofrecen una amplia gama de beneficios:
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Salud mental y física: Ver árboles puede reducir el estrés y mejorar la concentración.
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Mitigación climática: Las copas arbóreas regulan la temperatura urbana y absorben el agua de lluvia, reduciendo inundaciones y el efecto isla de calor.
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Equidad social: Garantiza que todos los vecindarios, incluidos los más vulnerables, tengan acceso equitativo a la naturaleza.
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Biodiversidad: Favorece la flora y fauna local, manteniendo el equilibrio ecológico.
ONU-Hábitat destaca además que una infraestructura verde de calidad no solo se mide por la cantidad de superficie verde, sino por su integración en el tejido urbano, su accesibilidad y su función social. Por ello, aboga por una planificación urbana que combine soluciones basadas en la naturaleza con estrategias sociales inclusivas.
De la teoría a la acción
Para poner en práctica el principio 3+30+300, las ciudades deben empezar por evaluar su cobertura verde actual, diseñar estrategias de reforestación urbana y fomentar la participación ciudadana. Se recomienda aprovechar espacios infrautilizados como corredores ferroviarios, callejones o terrenos baldíos para incrementar la vegetación urbana.
El World Cities Report 2024 sostiene que una planificación urbana centrada en las personas, con estándares cualitativos para los espacios verdes, puede transformar entornos urbanos en lugares más habitables, resilientes y sostenibles para todos.