Conectando a las personas: 8 buenas prácticas europeas para una movilidad urbana sostenible e inclusiva
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Zaragoza (ES) impulsa el proyecto STARS, que ha involucrado a más de 12.000 estudiantes en rutas escolares seguras y sostenibles en bicicleta, fomentando la autonomía y la educación ambiental desde edades tempranas.
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En Estrasburgo (FR), el reto "Bike to Work" moviliza cada año a miles de trabajadores para ir al trabajo en bicicleta, mejorando infraestructuras y promoviendo un estilo de vida saludable.
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Faenza (IT) premia a quienes se desplazan en bici al trabajo, pagando por cada kilómetro recorrido, a través de una app que fomenta la participación ciudadana y la movilidad limpia.
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Hannut (BE) combina la movilidad sostenible con el comercio local a través de la app "Ride and Buy", que ofrece incentivos económicos a quienes se desplazan en bicicleta.
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En la región de Viseu Dão Lafões (PT), el servicio "Ir e Vir" conecta 13 municipios rurales mediante transporte bajo demanda, reduciendo el aislamiento y facilitando el acceso a servicios esenciales.
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De forma similar, Coimbra (PT) implementa SIT FLEXI, un sistema flexible y a demanda que cubre más de 630 localidades rurales, optimizando recursos y reduciendo emisiones.
- Bruselas (BE) destaca con su iniciativa cAIRgo Bike, que promueve el uso de bicicletas de carga mediante subvenciones, aparcamientos específicos y formación, mejorando la calidad del aire y reduciendo el tráfico.
- Komotini (EL) lidera con su estrategia de ciudad accesible, desarrollada junto a personas con discapacidad, transformando el entorno urbano y promoviendo su plena participación en la vida social y económica.
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Reduce la exclusión social y territorial
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Mejora la salud y la calidad del aire
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Fortalece la cohesión social y la economía local
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Fomenta la innovación y la participación ciudadana