La hectárea de monte perfecta

La Escuela  de Viticultura y Enología de Requena, perteneciente a la Diputación de Valencia, trabaja para que sus alumnos aprendan las aptitudes, capacidades y destrezas que en los ejercicios prácticos que simulan, de forma veraz, puedan ponerlo en práctica en sus futuros puestos de trabajo.

 

En 2007, la Diputación adquirió 25 hectáreas de monte mediterráneo que se han ido ampliando hasta las 33 actuales, en la pedanía requenense de El Rebollar, para que los alumnos de los Ciclos Forestales dispongan del entorno adecuado para la realización de prácticas. Además disponen de maquinaria y herramientas de calidad para llevarlas a cabo.

 

En la propia escuela y sus instalaciones se realizan prácticas de cultivo de plantas, mecanización, creación de un “arboretum”, zona de plantel, aprovechamiento apícola, plantación de aromáticas, carrascas truferas, aprovechamiento maderero, repoblaciones, reconocimiento de especies, mejoras para la fauna, reconocimiento de especies animales, dasometría, plagas, incendios, topografía y trabajos silvícolas.

 

Una  hectárea de ejemplo

 

Los alumnos de los ciclos forestales, bajo la dirección práctica del profesor Miguel Ángel Argilés, han realizado en una hectárea de monte de la finca El Almendro las prácticas de trabajos silvícolas con el fin de conseguir un mayor y mejor aprovechamiento maderero con menos masa forestal. En esta experiencia han realizado la reducción de la competencia en una masa con densidad excesiva.

 

Para ello han llevado a cabo la extracción de árboles y han planteado diferentes opciones de parcelas con varios tipos de claras para contemplar in situ las diversas opciones de trabajo.

 

En la hectárea donde han trabajado se ha realizado la poda. Se trata de la eliminación de ramas de los árboles para tener una mayor protección contra los incendios, además de conseguir mejor calidad en la madera. Por ello, la poda se hace necesaria en las zonas perimetrales, así como en los árboles que el día de mañana serán fruto de aprovechamiento y que se han señalizado una vez estudiado el crecimiento que han tenido y su posibilidad de futuro.

 

Por otra parte, con el objetivo de potenciar la masa, de reducir combustible, incluso de poder transitar por la parcela, se han realizado trabajos de desbroce selectivo de matorral, respetando siempre las especies protegidas.

 

Esta hectárea y el resto de la finca son un campo de experiencias donde se forman los alumnos y que año tras año la Diputación, a través del Área de Educación que dirige Oreto Segura, se potencia con la mejora del material y las instalaciones.

 

Dosificar la competencia en el bosque de pino carrasco

 

Los árboles no viven aislados en un ecosistema forestal. Todos ellos necesitan  en algún momento de su existencia, los mismos recursos para existir. Necesitan agua, nutrientes, luz, espacio, etc. por ello los árboles compiten  por estos recursos y se establecen relaciones entre ellos. Existen árboles dominantes y árboles dominados.

 

En nuestros bosques mediterráneos cuando existe una densidad de árboles muy elevada esta competencia por los recursos se acentúa.  Se puede producir un efecto de acumulación de materia orgánica por los árboles dominados o moribundos que no tienen futuro. Además la masa de árboles se estanca, apenas crece y es necesario realizar una serie de tratamientos de dosificación de competencia que se denominan claras y clareos.

        

Los alumnos han trabajado en las claras selectivas para el fomento de los mejores árboles mediante la eliminación de sus principales competidores. Si se actúa pronto en la masa y con intensidades elevadas se obtendrán menos pies pero estos serán de mayor diámetro, de mejor calidad y en menor tiempo que el actual. Aunque si se clarea demasiado se puede llegar al efecto contrario, ya que entraría demasiada luz y se potenciaría el matorral o incluso que se regeneraría de forma natural la masa.