El control de las fugas de agua con contadores para el riego, la monitorización del consumo eléctrico o el análisis del tráfico mediante cámaras para reducir emisiones de CO2 son algunos de los 91 proyectos presentados a la segunda convocatoria del programa de Smart Cities de la Diputació, conocido como ‘Connecta València’.

La convocatoria de ayudas para municipios inteligentes de 2019 se ha publicado este martes en el BOP, con una partida de 750.000 euros que triplica los 250.000 de la primera convocatoria, y que además duplica el número de proyectos subvencionados, de 16 a 39, y el total de pueblos solicitantes, de 38 a 72. En palabras de la diputada de Informática y Tecnología, Mentxu Balaguer, “estas cifras demuestran que las ayudas son una herramienta de cohesión territorial que beneficia a las comarcas, algo que han entendido perfectamente los ayuntamientos”.

La responsable de Informática, que ha destacado el trabajo de los técnicos del servicio, liderados por José Benedito y Carlos Alarcón, ha centrado la importancia de este programa provincial de smart cities en “el trabajo en red a disposición de todos los ayuntamientos, mancomunidades y consorcios”. Una plataforma Smart de código abierto, totalmente gratuita, está a disposición de consistorios y entes locales para que estos suban sus datos en ámbitos como el medio ambiente, el tráfico, la movilidad, las aguas, el alumbrado público o la recogida de residuos, entre otros.

¿Y entonces? La recogida de estos datos ayuda a focalizar las inversiones en estos municipios y comparar la eficiencia de los servicios prestados. Una herramienta novedosa que sirve a los ayuntamientos para orientar sus proyectos de innovación y eficiencia energética y presentarlos a la Diputació para recibir la subvención oportuna.

Balaguer ha repasado, junto a la vicepresidenta y responsable del área de Medio Ambiente, Mª Josep Amigó, el tipo de proyectos presentados por estos “pueblos inteligentes”, entre los que destacan los vinculados a la eficiencia de recursos (54%), la gestión medioambiental (27%) y la movilidad (19%).

Desde las cámaras lectoras de matrículas para mejorar la gestión del tráfico en Quart de Poblet en busca de una ciudad más limpia, subvencionadas con 30.000 euros, hasta los contadores de aguas para ahorrar agua de riego en Bellreguard (30.000 euros) y los sensores para monitorizar el consumo eléctrico en la Llosa de Ranes (21.000 euros), pasando por proyectos de control del ruido y la calidad del aire, el estudio de rutas escolares más seguras y pasos inteligentes para viandantes. Así han resumido las responsables provinciales algunas de las solicitudes que contarán con la ayuda de la Diputació.

Romper el mito

En este sentido, la vicepresidenta de la corporación, Mª Josep Amigó, ha asegurado que “en este momento de emergencia climática, la tecnología nos puede ayudar a ser más eficientes y sostenibles, transformando los datos que recogemos en acción en nuestros pueblos y ciudades”.

Amigó ha instado a “pensar en global” a través de este tipo de iniciativas de cohesión territorial y ha avanzado que la intención es “seguir aumentando las ayudas en futuras convocatorias”. Por su parte, Mentxu Balaguer ha añadido que este programa de Smart cities de la Diputació “rompe el mito” de que este tipo de proyectos solo pueden impulsarlos grandes municipios.

Por último, Amigó y Balaguer han lanzado un mensaje de tranquilidad a los ayuntamientos que cuentan con proyectos subvencionados, ya que el período de justificación de las ayudas se ampliará hasta marzo de 2020 para que todos los municipios, grandes y pequeños, tengan margen suficiente para ponerlos en marcha.