Marc Azéma ha visitado la exposición “Prehistoria y cine” que se muestra en la Beneficencia. La directora de este centro, Helena Bonet, lo recibió para enseñarle la colección de Pehistoria de la Diputación de Valencia y acompañarlo en la charla que éste ofreció en el Centro de Estudios Francés sobre la investigación que el historiador y director galo ha realizado.

 

El objetivo principal de la investigación de Azéma es el estudio de la animación de los animales, el acercamiento etológico y los orígenes de la narración prehistórica.

 

En su libro La Prehistoiredu cinema hace un paseo desde los orígenes del arte hace más de 30.000 años cuando se inventaron los principales conceptos del origen del cine en la penumbra de las cuevas decoradas con animales que protagonizan las escenas.

 

¿Por qué le atrajo el estudio del movimiento de las figuras de las cavernas?

 

Me preocupé del movimiento porque la mayoría de investigadores se ocupaban del arte, los estilos, pero no de lo que significa el movimiento de las figuras como animales vivos en el paleolítico.

 

Usted ha asegurado que ese movimiento es el principio del cine

 

Yo lo que he visto en mis estudios es que sí había una secuencia con los dibujos, similar al movimiento de las imágenes de cine, como secuencias animadas. En los paneles de las cuevas, aunque no existía entonces la cámara fotográfica, sí que tenían en la mente los hombres el proceso que veían en la naturaleza y querían plasmarlo. Esa es la importancia del  movimiento.

 

Ellos representan imágenes fijas pero con un desarrollo en paneles, que da la sensación de movimiento. Son las instantáneas, la descomposición de la imagen cinematográfica o los “frames” de la película.

 

Lo más importante de mis investigaciones es el arte desde sus inicios, que nos cuenta unos mitos, unas creencias, unos sueños, concepto de imagen de la realidad del paleolítico hasta nuestros días, y que siempre transmite el movimiento, el concepto de algo vivo y que se ha transmitido en diseño gráfico y después en cine.

 

 

¿Qué le ha aportado la prehistoria al cine y viceversa?

 

El cine ha tratado de una forma marginal y muy primitiva a la prehistoria por ser un periodo poco conocido. Las películas más rigurosas son las que se han visto en la exposición del Museo. Es un tema de cultura, educación  y desconocimiento de esta época. Las películas de la Edad del Hierro de Estados Unidos sí que han ayudado a conocerlo.

 

Aunque haya 30.000 años de historia de la humanidad hay muy pocas películas de la época. Hay pocas y son de ficción, entrañables, pero poco serias desde el punto de vista científico.

 

Son los científicos los que se están acercando al cine, y no al revés, y a ellos debemos la posibilidad de conocer mejor este periodo y que la gente tenga un mayor interés por conocer la prehistoria

 

¿Los cineastas tienen más presentes las nuevas tecnologías que los orígenes del cine?

 

El problema es que este periodo tiene poca documentación, pocos textos, y los cineastas tienen que trabajar con hechos poco demostrados. Por eso es difícil que miren hacia estos orígenes.

 

¿Qué destaca del resultado de su estudio?

 

Lo que más destaco de mis investigaciones es que el arte nos cuenta mitos, sueños y creencias que vienen desde el paleolítico, que, aunque pensábamos que era fijo, era en movimiento. El resultado es que desde el hombre prehistórico está todo inventado. Desde los orígenes hubo sonido con un primer disco que generaba música o el fuego que mostraba su movimiento y que se han constituido como los principios de la narración audiovisual.

 

(En  Diputv: http://bit.ly/Yr2cwu)